Las operaciones que realizan las entidades financieras con sus vinculados hacen parte del desarrollo normal de sus actividades, y, en muchos casos, permiten optimizar la prestación de los servicios ofrecidos a los consumidores financieros. El presente estudio pone de manifiesto que la regulación debe adoptar medidas para administrar y gestionar o mitigar los riesgos que surjan de dichas transacciones, propender porque se desarrollen en condiciones de mercado, implementar mecanismos que permitan garantizar que las decisiones se sustenten en un análisis objetivo y libre de conflictos de interés. Así mismo, se espera que esta normativa permita que, las exposiciones y pérdidas se registren de acuerdo con las normas contables y financieras vigentes, acompañadas de mecanismos de transparencia y revelación de información que incentiven la disciplina de mercado.